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El dólar tocó 1.500 pesos, en medio de versiones de una retirada de Bessent del mercado argentino

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La calma por el triunfo libertario parece haber terminado y el dólar mayorista volvió a acercarse al techo de la banda.

La calma en el mercado cambiario parece haber sido efímera y la presión volvió con fuerza sobre el dólar, que este martes recuperó niveles preelectorales y otra vez se acerca al techo de la banda.

El dólar minorista saltó 45 pesos en la primera hora del mercado y volvió a venderse a $1.505 en el Banco Nación, mientras que los privados lo tenían por encima. Previo al cierre del mercado, mostró una leve baja para ubicarse en $1.495. 

El lunes, el dólar había caído de $1.515 a $1.370, casi un 10% en una hora, pero con el correr de la jornada fue tomando impulso y cerró a $1.460. En el mercado lo atribuyeron a que el Tesoro de Estados Unidos aprovechó el previsible derrumbe post electoral para recuperar parte de los dólares invertidos.

El mayorista, en tanto, también pegó un salto de 50 pesos este martes y se acercaba nuevamente al techo de la banda, que hoy se ubica en $1.494,5. La cotización del mayorista llegó a $1.485, aunque luego se acomodó unos pesos más abajo.

El rumor este mediodía en la city porteña es que Scott Bessent ordenó que el Tesoro deje de intervenir en Argentina, luego de concretado el objetivo de que Milei gane las elecciones intermedias. Esa versión agitó a los operadores locales.

El nerviosismo también está vinculado a comunicados de Bessent sobre la situación de Tailandia y Malasia -donde se encuentra actualmente- en los que le reclama que eviten la manipulación cambiaria para obtener ventajas competitivas.

Otro factor determinante fueron las declaraciones de Toto Caputo de que mantendrá el sistema de bandas, lo que para el mercado significa que sigue el dólar barato. En las agencias de viaje advirtieron que este lunes crecieron fuerte las consulta, lo que significa que seguirá la demanda de dólares.

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El FMI reclamó que se sumen reservas y el gobierno respondíó que lo hará “dentro de un par de meses”

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Vladimir Werning mantuvo una llamada con el nuevo director del hemisferio occidental, Nigel Chalk quien le transmitió urgencia por iniciar el proceso.

Las presiones para que el Gobierno abandone el esquema de bandas cambiarias suenan cada vez mas fuerte. Pero quien da la cara no es Toto Caputo ni Santiago Bausili, sino Vladimir  Werning, vicepresidente del Banco Central y el funcionario designado para mantener el diálogo técnico con los representantes de la elite financiera. 

Este jueves, Werning mantuvo una call con el nuevo director del hemisferio occidental del Fondo, Nigel Chalk, quien le transmitió la preocupación del organismo: con el esquema actual, la Argentina no puede acumular reservas al ritmo que exige el programa. 

Según el acuerdo comprometido ante el organismo, el país debería sumar alrededor de USD 8.500 millones para cumplir la meta. “Ese proceso debería iniciarse lo antes posible” fue el mensaje del emisario del Fondo. 

La respuesta de Werning circuló en los medios locales. Recuperó un paper que él mismo presentó semanas atrás en una jornada técnica del BCRA. En ese documento sostiene que el proceso de compra de reservas comenzará recién “en unos meses”, según reveló La Nación.

La presentación de Werning fue titulada “La Evolucion del Regimen de Agregados Monetarios en Argentina: De la Estabilización (2024) y la Transición de Régimen (2025), a la Remonetización Impulsada por la Demanda (2026) y Conducente a la Acumulacion de Reservas”. 

Werning condiciona la acumulación de reservas a la reactivación de la actividad económica y la llegada de dólares desde el exterior o el desatesoramiento doméstico. Proyecta que esa ventana de oportunidad se abrirá “dentro de unos meses”. La sitúa precisamente en un amplio “2026”. 

Lo cierto es que el board considera que la falta de acumulación de reservas pone en riesgo el programa. “Sin flotación, no hay reservas; sin reservas, no hay programa”, resumió un economista que sigue de cerca las negociaciones. 

El Gobierno subestima esa advertencia y repite que los dólares para pagar la deuda saldrán del superávit fiscal.  Sin embargo los márgenes se achican. La caída de la recaudación producto de la eliminación del impuesto país y la eliminación de las retenciones exigen un ajuste del gasto primario de 11 billones de pesos. A eso se sobreimprime que en el mercado local, el Tesoro no esta consiguiendo financiamiento, muy por el contrario no logra renovar la totalidad de los vencimientos. 

Fue elocuente el secretario de Hacienda Carlos Guberman ante la comisión de presupuesto convocada este miércoles al defender el esquema de bandas y diferenciarse de las metas proyectadas por el FMI.

“El FMI puede escribir lo que quiera, pueden decir que Argentina va a crecer más o menos. ¿Ahora el Fondo es bueno?”, respondió con ironía a los legisladores opositores que usaron el número del organismo para cuestionar al proyectado por Economía.

“Es un número de ellos y no tenemos por qué compartirlo. La obligación que tenemos (con el fondo) es que vamos a pagar los intereses de la deuda con superávit primario”, indicó el funcionario. 

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