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El Gobierno avanza con el achique del Correo Argentino y proyecta más de 7000 despidos

Está en marcha una iniciativa para que comercios cuenten con “un punto correo”. También lo podrían tener intendencias u otras sedes estatales.

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Es una de las nueve empresas públicas que se podrían privatizar si avanza la Ley Bases; en diciembre tenía 16.858 empleados y el plan es que tenga 9500; se activó un proceso de retiros voluntarios y prejubilaciones

El Correo Argentino es una de las nueve empresas públicas que el Gobierno pretende privatizar si se aprueba la Ley Bases en el Congreso de la Nación. Se activó hace dos semanas un plan de retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas con importantes beneficios con el objetivo de reducir de manera inmediata la plantilla de 16.858 empleados. Con este proceso en marcha, ya se concretaron unas 2000 cesantías, pero la intención de la gestión de Javier Milei es avanzar con los recortes hasta alcanzar una nómina final de 9500. Así lo reconocieron fuentes inobjetables de la empresa estatal, cuyo cliente principal es Mercado Libre.

Correo Argentino tuvo en 2023 un déficit de $100.000 millones y el desafío del Gobierno es lograr un equilibrio económico mediante una novedosa reestructuración que contempla, además de las más de 7000 bajas laborales, la venta de algunos de los 901 inmuebles que tiene la compañía distribuidos en todo el país y el surgimiento de franquicias públicas y privadas para conservar la presencia en las 24 provincias. Para avanzar con las franquicias no sería necesario el aval del Poder Legislativo. Ya está en marcha una iniciativa para que comercios como kioscos o estaciones de servicios cuenten “un punto correo”. También lo podrían tener intendencias u otras sedes estatales. De esta manera, Correo Argentino se ahorraría los costos del lugar de atención al público y también del personal. El objetivo de la administración libertaria es que la empresa no dependa más del Tesoro para afrontar el pago de los salarios.

Está al frente del proceso de reestructuración Camilo Baldini, el actual presidente y director de Correo Argentino. Como el resto de las empresas públicas, el área está bajo la órbita de Nicolás Posse, el jefe de Gabinete. Baldini conservó su puesto después de haber ocupado el mismo sillón durante la presidencia de Alberto Fernández. Es uno de los 1867 funcionarios del Frente de Todos que siguen “en puesto de decisión” a pesar del cambio de gobierno, tal como lo reconoció Posse en su presentación ante el Senado. Baldini ya había estado también en la empresa pública durante la segunda presidencia de Cristina Kirchner, cuando La Cámpora controlaba el Ente Nacional de Comunicaciones. Entonces, ¿un filo kirchnerista está al frente del ajuste que ordenó Milei? No. Baldini no es un militante sino un técnico que conoce el negocio postal, según describen fuentes del sector.

La incertidumbre por el futuro del Correo Argentino sobrevoló en varios tramos de la exposición de Posse en el Senado, el miércoles último. José María Carambia, senador nacional por Santa Cruz, señaló durante la sesión que la intención del Gobierno es pagar las indemnizaciones antes de que la empresa sea privatizada. La misma sensación tienen dos fuentes empresarias del sector.

El sindicato que lidera Moyano es un jugador protagónico en lo relativo al correo postal privado, cuyos trabajadores pueden estar encuadrados en el convenio 40/89 de los camioneros. En cambio, el personal de Correo Argentino se distribuye en 93 sindicatos de todo el país que están representados en cuatro federaciones. La más fuerte y representativa es la Federación de Obreros y Empleados de Correos y Telecomunicaciones (Foecyt), que encabeza Alberto Carlos Cejas. En la gerencia del Correo Argentino, creen hoy tener el aval de los sindicatos para avanzar con el ajuste.

Mercado Libre, el gigante del comercio electrónico que lidera Marcos Galperin, sigue con atención el rompecabezas del sector, aunque rechazan de manera tajante un interés por comprar Correo Argentino, que estuvo concesionado por el Grupo Macri entre 1997 y 2003 por un canon que es motivo de una vigente pulseada en la Justicia entre el Estado y Socma. “Hoy es todo reemplazable por tecnología”, defendió la política oficial de recortes un exempresario del rubro.

El plan de reducción de la estructura del Correo Argentino no es nuevo. Ya se había avanzado con un recorte de personal entre 2021 y 2022, pero lo que hizo ahora la gestión de Milei es acelerar el proceso con mayor determinación. Los retiros voluntarios contemplan el pago de la indemnización correspondiente más un 30% adicional. El proceso arrancó el 2 del mes en curso y finaliza el 24. Casi en línea con los tiempos que se trazó el oficialismo para aprobar la Ley Bases y contar con luz verde para privatizar.

El Correo Argentino tiene hoy 14.500 empleados, 1452 sucursales y 901 inmuebles propios. La intención es reducir la planta a 9500 personas y 500 sucursales. Con esta estructura, la empresa estatal no lidera el mercado postal y logístico interno. A diferencia de las empresas privadas, Correo Argentino debe garantizar por ley la logística de las jornadas electorales nacionales. El reparto de urnas y votos en todo el país. También mantiene bajo su órbita el correo postal tradicional de entrega de documentación personal, cartas documentos y telegramas, que ya se pueden hacer de manera electrónica sin la necesidad de ir a una sucursal oficial.

“El verdadero valor que tiene el Correo Argentino son sus inmuebles”, dijo un empresario del sector. La intención de Baldini es venderlos para invertir lo recaudado en tecnología. Tan incierto como el desenlace de la Ley Bases es saber si el Gobierno tiene un deseo verdadero de competir con una empresa postal propia en el mercado local de la logística, como ocurre en otros lugares del mundo, o si el plan de reducción es solo para allanar el camino hacia una eventual privatización.

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Denuncian que se están robando tecnología clasificada de pasaportes de Casa de la Moneda

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En Casa de la Moneda se desarrollaron estampillas para cigarrillos con nanochips y nuevos chips para pasaportes. Sospechan que esa y otras tecnologías se están filtrando a empresas privadas.

El vaciamiento de Casa de Moneda que lleva adelante Federico Sturzenegger dejó sin patentes a millones de automóviles y un escándalo internacional con pasaportes mal confeccionados, pero los trabajadores de esa institución denuncian que el caos es premeditado, para habilitar negocios con privados.

El gobierno de Milei cerró por decreto la planta de la ex Ciccone en Don Torcuato y dio de baja la mayoría de los proyectos vigentes delegando las tareas a través de contratación directa a empresas privadas que en su mayoría son extranjeras. 

Pero existe un problema mayor, aseguran los trabajadores. Casa de Moneda está en Procedimiento Preventivo de Crisis lo que habilita al interventor Pedro Cavagnaro a suspender empleados pagando el 70% del sueldo o indemnizaciones al 60%. Además, se implementó un programa de retiros voluntarios al cual adhirieron algunos gerentes a quienes les pidieron que continúen hasta fin de año.

Lo cierto es que la incertidumbre laboral de los jerárquicos derivó en un canal clandestino donde algunos gerentes de Casa de Moneda les suministrarían a empresas privadas información confidencial de proyectos y desarrollos tecnológicos que se financiaron con fondos públicos, aseguraron fuentes del organismo.

Se trata de proyectos tecnológicos y desarrollo de producción y medidas de seguridad para implementar en documentos, billetes, estampillas, en la que intervienen profesionales altamente capacitados para conseguir estándares internacionales de control y que no suceda el papelón de los pasaportes.

A modo de ejemplo, en Casa de Moneda se desarrollaron estampillas para cigarrillos con nanochips que impiden su duplicación o falsificación. Para ello, técnicos de planta viajaron a Suiza y Marruecos para comprar los insumos necesarios y modos de uso para su implementación.

Las sospechas que se agitaron en los últimos días en los pasillos de la empresa es que algunos de esos proyectos estarían siendo compartidos con empresas privadas que son competencia de Casa de Moneda.

Un intercambio de mails abre el interrogante si existió tráfico de información privilegiada. En los mismos, a los que se le borró nombres y detalles de los sectores, se hacen consultas sobre la ubicación para la implementación de un dispositivo de seguridad en los pasaportes.

En el intercambio se hace alusión a un fabricante que no sería Casa de Moneda cuando los pasaportes están siendo elaborados por Renaper sin tener las máquinas y conocimientos suficientes que derivaron en el escándalo de los documentos rechazados, comentó un trabajador al tanto de la situación en la fábrica.

Un delegado gremial explicó que la conversación es sobre “un nuevo chip para el pasaporte, donde ubicarlo en la tapa y si se cruza con las líneas doradas de la impresión de la tapa del pasaporte”. 

“Esa prueba y mejora que se desarrolló en Casa de la Moneda y la están usando para que Linxens, una empresa que compite directamente con nosotros, lo produzca para Renaper. El costo del desarrollo y prueba lo hacemos nosotros, la producción limpia se la quiere llevar una empresa que no desarrolló dicha mejora”.

“Lo que ocurre es que Casa de la Moneda es un desgobierno y un caos. Estas personas (gerentes) tienen poder hoy en día, pero como se quedan sin trabajo muchos hacen uso y abuso de elementos del organismo para quedar bien con algún proveedor o alguna empresa que compite directamente con Casa de la Moneda, para que después los contraten”, agregó.

Según revelaron trabajadores del organismo, el cruce de mails para implementar el chip de seguridad en pasaporte se estaba realizando sin la trazabilidad institucional y de seguridad necesarias. “No había orden de producción ni de trabajo, todo irregular”, dijeron y recordaron que Casa de Moneda no es una gráfica común sino una empresa con procedimientos de altísimo nivel de seguridad donde todo se mueve con órdenes y registros.

Las fuentes consultadas agregaron que se filtró información sensible de las áreas de Producción, Calidad, Seguridad y Fiscalización, donde ahora se desató una guerra interna por falta de conducción del interventor Cavargano que tendría muy poca experiencia en el rubro de papeles de seguridad.

Uno de los gerentes señalados que fue consultado, admitió el proyecto: “Hay un desarrollo para la compra del insumo mencionado” y aclaró que “está dentro del marco de la actuación de homologación correspondiente.”.

Por el decreto de Sturzenegger, Casa de Moneda tiene que transferir toda la información y procedimientos sobre la confección de pasaportes a Renaper: “Toda información que hago circular está registrada en los medios de comunicación oficiales, actuaciones, expedientes. Con el mismo protocolo de homologación se procedió ante insumos de billetes, patentes. Todos sensibles”, concluyó el funcionario.

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