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“Las fuerzas del cielo están de nuestro lado”, dijo Milei

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El Presidente participó este jueves de una cena encabezada por su par electo de Estados Unidos, Donald Trump, anfitrión de la sede de la cumbre mundial de derecha.

El presidente Javier Milei tuvo su esperado en la convención conservadora que tiene lugar este jueves por la noche en el Estado de la Florida. Milei dio su discurso en castellano y fue fiel a sus apostolados de siempre.

“Todos mis discursos comienzan con Hola a todos!, muchas gracias por hacerme parte de este evento tan importante y por permitirme hablar aquí entre ustedes que son unos verdaderos gigantes”, comenzó su discurso el mandatario argentino.

Milei tuvo palabras muy afectuosas para con el dueño de casa, el flamante presidente electo Donald Trump. “Quiero comenzar primero felicitando al presidente electro Donald Trump por su contundente victoria, por la remontada política más grande de la historia enfrentando a todo el establishment político incluso poniendo en riesgo su propia vida y gracias a eso hoy el mundo es un mundo mucho mejor porque hoy los vientos de libertad soplan muchísimo más fuerte”, remarcó. Y agregó: “un verdadero milagro y prueba fehaciente de que las fuerzas del cielo están de nuestro lado”

El comunismo, siempre una de las victimas predilectas del actual ocupante de la Casa Rosada también tuvo su lugar en el discurso. “En 1848 Marx comenzó aquel panfleto siniestro que fue su manifiesto comunista diciendo que un fantasma recorría Europa, el fantasma del comunismo, hoy un fantasma distinto recorre el mundo, el fantasma de la libertad”, enfatizó. 

El republicano, referente de la derecha a nivel mundial, le dedicó elogios al libertario en la reunión informal que tuvieron en su casa de Mar-a-Lago. “Te quiero felicitar por el trabajo que has hecho, de hacer la Argentina grande de nuevo. Es increíble cómo la estás arreglando y es un honor que estés aquí”, sostuvo y agregó: “Tu discurso fue espectacular pero tu trabajo en Argentina es incluso mejor. Felicitaciones y muchas gracias por estar acá. Vos sos MAGA: Make Argentina Great Again”.

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Jaime Durán Barba: “La ayuda de EEUU no va a favorecer a Milei electoralmente”

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El consultor de imagen ecuatoriano señala que, aunque el gobierno de Donald Trump anunció apoyo financiero a la Argentina, el electorado se mantiene distante y escéptico. Según su análisis, la percepción de los argentinos sobre la ayuda internacional está marcada por la desconfianza y el sentimiento nacional.

El asesor político ecuatoriano Jaime Durán Barba advirtió que la asistencia estadounidense no tendrá un impacto positivo en los resultados electorales de Javier Milei. A partir de sus declaraciones en el programa Modo Fontevecchia, por Net TV Radio Perfil (AM 1190), señaló: “La ayuda de Estados Unidos no va a favorecer electoralmente“, y sostuvo que los votantes se preocupan más por las sensaciones y los hechos cotidianos que por apoyos internacionales.

El consultor de imagen y asesor político ecuatoriano Jaime Durán Barba fundó la empresa de asesoramiento político Informe Confidencial. Sus campañas abarcaron numerosos candidatos en América Latina, incluyendo las presidenciales y de jefe de gobierno porteño de Mauricio Macri.. Además, es autor de libros como Los nuevos electores latinoamericanos y El arte de ganar, y colabora como columnista en Perfil, aportando análisis político actualizado.

Durante la tanda comercial, él comentaba que, desde que nos separamos de Macri, logramos cuatro presidentes y varios alcaldes, equivalentes a gobernadores en América Latina, ya que solo Argentina, Brasil y México son federales. Señalaba: “Vos podés tener un buen candidato, pero siendo una campaña profesional no ganás”. Además, advertía que incluso con cero de inflación en octubre, se pueden perder las elecciones si se ignoran los sentimientos de la gente. Me gustaría que nos profundizaras en esa idea respecto a la situación actual.​

Estamos dando un curso en la Universidad del Sur que ha tenido mucho éxito. Curiosamente, en las últimas semanas, el curso sobre estrategias en tiempos de crisis incluyó un estudio de caso basado en situaciones reales.

Cuando se produjo el escándalo de Spagnuolo, surgió la pregunta: ¿cómo se afronta un conflicto así? ¿Cómo se arma una mesa de crisis? Mi socio Santiago Nieto daba una materia de 80 horas en Washington dedicada exclusivamente a la gestión de crisis. Se forma un comité, se establecen procedimientos y lo seguíamos mientras el gobierno actuaba o no. Los estudiantes estaban sorprendidos: hacían todo al revés, y como resultado, los errores técnicos eran inevitables.

A partir del seguimiento del armado de la provincia de La Libertad de Avanza (LLA), la caravana de Milei en Lomas de Zamora y el cierre de la campaña en Moreno con estudiantes, identificamos todo lo que no se debe hacer. El libertario, antes de las elecciones, los participantes ya anticipaban un desplome electoral de 10 o más puntos por fallas técnicas. Para ganar, hay que saber cómo hacerlo, como lo logró en la elección presidencial, sorprendiendo a muchos analistas donde no estuvo presente. Nosotros, en Perfil, habíamos advertido el riesgo: esto venía con peligro.

En esa campaña, Santiago Caputo fue quien la lideró, pero en 2025 fue apartado. Sobre si esto afectó los resultados, yo no creo que la economía influya en la política de manera directa.

Con Santiago Nieto estudiamos al cliente, no su economía, sino la psicología de los votantes: qué perciben como bueno o malo, qué es vendible, qué no lo es. Lo que importa es lo que la gente siente, no lo que piensa. A partir de esas emociones, se puede diseñar una estrategia, nuestro fuerte: un plan general del que yo me encargo, mientras él maneja la campaña y la comunicación, incluidos los spots. Además, incorporamos a un publicista argentino considerado el mejor del continente, quien trabajó en la campaña de María Eugenia Vidal. Papón es excelente porque comunica sentimientos.

¿Creés que el hecho de que Milei haya conseguido apoyo del Tesoro norteamericano, que los bonos argentinos hayan subido y el riesgo país haya bajado de golpe le va a generar algún voto? No le va a generar ni un voto.

Nadie sabe qué es el riesgo país. A la gente le importan otras cosas, por ejemplo que el presidente haya polemizado con un niño autista, porque eso no llega a la cabeza, llega al corazón, al lado del cerebro donde están los sentimientos. Dice un niño autista: “el presidente, ¡qué brutalidad! Yo por esto no voto”. ¿Y qué influencia tiene eso en la economía argentina? Ninguna. Los temas con los que el presidente se enfrenta son muy sensibles. A la gente le preocupan los hospitales y los enfermos en general, y los niños en particular. No les interesa teóricamente; sienten. Hay niños que se están quedando sin hospital porque el presidente les cortó los fondos del Garrahan. ¡Qué brutalidad! Yo por eso no voto. Esto altera el equilibrio fiscal en 0,5. Que se vayan al diablo con el equilibrio fiscal; están matando niños. El escándalo con discapacitados ha sido muy complicado. Muchos reclamando: “Necesito sillas de ruedas, necesito esto, necesito lo otro”.

Los medicamentos están muy caros. He ido a la farmacia; por mi edad tomo muchos medicamentos. Aquí cuestan el doble que en Ecuador, incluso con el descuento de mi obra social. Algunos, de fabricación argentina, cuestan tres veces menos en México. La insulina que compro en Ecuador a 30, aquí me sale $80 con descuento. Esto tiene que ver con un peso sobrevaluado y un dólar subvaluado, que es la gran discusión. Parte de lo que hace Estados Unidos busca descomprimir no solo el riesgo país y los bonos, sino también mantener un dólar cerca de 15.500 pesos. Si se liberara totalmente, estaría más alto y, por lo tanto, la insulina, con el mismo precio en pesos, costaría menos en dólares.

Para compartir con la audiencia, esas frases que discutías con el candidato a presidente de Bolivia, a quien asesorás ahora, y que podría ser tu quinto presidente en los últimos años: en lugar de preocuparse por la balanza comercial, a la gente le importa la balanza que mide el kilo de carne que consumen cada semana.

Así es, intentar explicar la política económica a la población es absurdo: vivimos una etapa de posverdad y pospandemia, donde nadie explica nada a nadie y a la mayoría no le importan las explicaciones; solo las sensaciones cuentan.

En toda América Latina, Bolivia y Ecuador incluidos, un 70% de la población está en contra de todos los políticos, de todos los colores y estilos. Se aburren cuando unos persiguen a Cristina y otros dicen que Karina, pero todos coinciden: “queremos algo nuevo”. Ese algo nuevo no tiene relación con la izquierda ni la derecha. En esta elección, ese rol lo cumplió el presidente Daniel Noboa en Ecuador: un joven de 37 años, extremadamente preparado, con doctorados en Harvard, George Washington University y la Universidad de Nueva York en Economía Política y campañas electorales.

El presidente Javier Milei fue el magno laureado de los distintos. Porque más distinto que él, no había. ¿Le va a ir bien por ser distinto o su singularidad se desgasta? Dejó de ser distinto en lo que era bueno.

El mandatario libertario era una persona que transmitía espontaneidad y sentimientos genuinos. Cuando explicaba en televisión que dejaba de comer en una época para que Conan comiera bien, antes habría parecido loco. Hoy, simplemente adora a su perro: “Qué buen tipo, qué sentimientos tiene. Es una maravilla”. Y cuando hacía estas cosas, no era alguien al que el poder ayudara. Era simpático, gritaba en auditorio, y no mostraba ninguna formalidad.

De presidente, él, que es Macri, no aprendió lo que hicimos durante su mandato. Casi nunca dio una conferencia en la Casa Rosada. ¿Por qué? Porque te sientas allí, rodeado de adornos impresionantes, militares y uniformes espectaculares, y estás diciendo: “Soy distinto de ustedes, no de los políticos. Soy un político distinto“.

En el gobierno de Macri surgió un problema similar al actual. Tomó medidas con los jubilados, hubo una gran protesta y, según los indicadores que medimos constantemente, aumentó la percepción de que “Macri trabaja para los ricos“. El equipo de comunicación discutió la situación. Hicieron lo mismo que Milei: una conferencia de prensa en la que Macri afirmaba que esas acciones favorecían a los pobres y jubilados. Pero si aplicaba lo que hizo Milei, quedaba claro que no le importaban los sectores más vulnerables y, además, resultaba mentiroso. Eso no funcionaba.

¿Qué hicimos? No sé si recordás la visita del presidente de la República a un vendedor menesteroso de tortitas. Fue solo, sin escoltas, con ropa sencilla. Se abrazó con dos personas de la tercera edad, hombre y mujer, que vendían tortitas en la calle, detrás de una parada, en una avenida de la provincia de Santa Fe. Habló con ellos, se abrazó, comió algunas tortitas y se llevó una caja para su hija. Nosotros medimos eso: los indicadores negativos bajaron totalmente.

La comunicación política contemporánea no son solo discursos; son contextos, movimientos y lenguaje corporal. En eso, Milei fue un maestro. Su lenguaje corporal en la campaña era magnífico: la gente se reía, él también, lloraba, cantaba. Era el típico porteño de clase media, novelero, que conectaba con la gente. Así ganó la presidencia.

Ahora, como presidente, siempre lee sus discursos, lo que lo distancia de la gente.

Ganar una elección o una campaña puede ser un proceso corto: de meses a un año. Pero luego, en el ejercicio del gobierno, el éxito depende de otros factores. Macri podía compartir esas tortillas en Santa Fe, pero luego perdió porque la economía afectaba la calidad de vida de la mayoría. ¿Es correcta esa hipótesis?

La comunicación política es una sola: sirve para la campaña, para el gobierno, para todo. Macri perdió en 2019 porque en 2018 le fue demasiado bien y sufrió el síndrome de Hubris. En 2017, Esteban Bullrich venció a Cristina Kirchner en la provincia de Buenos Aires; fue un triunfo enorme. Macri creyó que no necesitaba recaudos técnicos y manejó la economía a su aire, lo que provocó la derrota. Fíjate la caída en las PASO: entre la primaria y la elección hubo un aumento de votos casual, manifestaciones autoconvocadas sin oradores ni partido. Eso es parte de la era de internet.

En el caso de Milei, también tuvo el síndrome de Hubris: ganó la elección en la ciudad de Buenos Aires en mayo de este año y creyó que el PRO ya estaba muerto y que él era preelecto presidente en 2027.

Sí, el Hubris le venía fácil: “Soy el mejor presidente del mundo, Toto es el mejor ministro de la historia, todo es lo mejor del mundo”. No es para tanto. Ha tenido éxitos en su política económica, indudablemente, pero se sobrevaloró. Mi impresión es que al técnico que estaba detrás, Caputo y su equipo, porque nunca es uno solo, lo desplazaron. Sin Santiago Nieto y un equipo profesional no se logra nada. Cuando los políticos tradicionales toman el control, hacen un peronismo de morondanga que el peronismo titular aplasta; llevan gente a un corral para un cierre, algo que los jóvenes libertarios nunca harían. Ellos piensan a su manera y creen en otra sociedad.

No solo nos dijiste dos años antes que Milei sería presidente, también lo hiciste con Trump, cuando parecía francamente inverosímil. ¿Cuál es tu pronóstico para octubre y cómo repercutirá eso en 2027 en Argentina?

Tal como están las cosas, y mientras La Libertad Avanza (LLA) no haga campaña y se limite a discutir economía, creo que les espera una derrota importante en octubre. Será un tropiezo serio, que a su vez generará un problema económico.

En elecciones intermedias, si las cosas no están bien, dicen: “Esperemos dos años para invertir según la presidencial“, y entonces nunca invierten. Creo que el revés será fuerte. Si no revisan completamente su estrategia y el manejo de crisis, como el caso español, la perspectiva es mala y la economía se resentirá. Ecuador, por ejemplo, tiene historia de apoyo de Estados Unidos: adopta directamente el dólar como moneda y tiene récord de presidentes exiliados.

¿Qué representa esta ayuda estadounidense? Y si Milei perdiera, ¿podría retirarse con respaldo de EE. UU.?

Es menos malo, pero sigue siendo peligroso. La ayuda puede ser positiva, pero si hubiera un desembarco militar en Venezuela que provoque masacre, se complican los presidentes de derecha: resurge el antinorteamericanismo.

Yo soy latino y amo Estados Unidos, pero me enojo cuando patean a latinos y los devuelven. El sentimiento trasciende ideologías. EE. UU. nunca puso un pie en Sudamérica; sí en Centroamérica.

Recientemente, Estados Unidos anunció que ayudará con los fondos que Argentina necesite. Mañana nuestro presidente se reúne con Trump. Desde lo electoral, no ayudará a Milei en lo más mínimo, tal vez afecte apenas.

Argentina es el país más antinorteamericano del continente; la mayoría tiene antipatía hacia EE. UU., que yo no comparto. Y te preguntas por qué enormes empresas argentinas se fueron a México, donde hay un gobierno institucional: los presidentes cumplen su mandato, los poderes son independientes. En Argentina, el mensaje es que nunca hay instituciones: el presidente insulta al Congreso y viceversa.

¿Qué pronóstico le das a Milei a corto y mediano plazo?

Creo que, a menos que mejore completamente su comunicación, será muy difícil que logre la reelección. El peronismo mantiene su fuerza de siempre: 37‑38 % en Buenos Aires. Me parece complicado que un candidato como Kicillof tenga mucho éxito, porque es muy duro y antiguo. A menos que surja en el peronismo una alternativa distinta y novedosa, hay algo sencillo: quien logre transmitir esperanza se perfila como el próximo presidente.

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